El impacto de los cambios sociales ha llegado al entorno educativo y con ello la implantación efectiva de las TIC en el sistema educativo donde se pone de manifiesto que éstas deben alumbrar un nuevo escenario de enseñanza-aprendizaje que se afiance en criterios sustantivos como la autonimía, la flexibilidad y la interrelación de los ámbitos de conocimiento.
Un paradigma sociocultural influye en la alfabetización de los individuos con relación a los documentos y prácticas que ofrecen estas nuevas tecnologías con la posibilidad de construir, transformar y mostrar en forma electrónica en donde sus características tienen mayor presencia de elementos audiovisuales, y una naturaleza de constante cambio relacionado con la velicidad de procesamiento y capacidad de simulación de los ordenadores (Mayer, 2000;. Rassool 1999, citada en Fernández-Cárdenas, J. M. 2008).
Una de las herramientas tecnológicas que se encuentran según Fernández-Cárdenas, J. M. (2008) son los pizarrones electrónicos que sugieren que la práctica comunicativa mediada con IWB, incluye gestos, recursos electrónicos y la participación de los estudiantes ya que la
interacción es secuencial y evaluada de forma continúa por los participantes en función de las posiciones sociales argumentadas, los objetivos de la actividad y el conocimiento que se considera pertinente en una disciplina determinada. Todo esto motiva de tal modo a los participantes para que hagan su mejor su mejor esfuerzo por ser competentes para que las metas se puedan llevar de forma conjunta.
Esta estrategia se basa en personas, que pueden compartir sus conocimientos y experiencias; en procesos, para compartir y distribuir estos conocimientos y experiencias; y tecnología, que puede dar soporte a organizar esta información en forma rápida y eficiente. Es dentro de los procesos de administración del capital humano en donde se encuentra el desarrollo de prácticas de valor, a través del intercambio de conocimiento entre individuos y grupos de trabajo de la organización.
Sin embargo, la actividad de aprendizaje compartida no exige necesariamente un espacio físico compartido y se puede producir mediante redes que pueden ser próximas o distantes; ya que según Clark, existe la necesidad de prestar más atención y crédito a las muchas
maneras en que las redes pueden aprender a explotar las estructuras externas del entorno para simplificar y transformar la naturaleza del procesamiento interno (Clark, 1998).
Podemos concluir con que las practicas sociales y las prácticas educativas comparten una cultura y conforman el conocimiento y esto lleva al individio ha ejercer una motivación que lo impulsa a la acción.
Podemos concluir con que las practicas sociales y las prácticas educativas comparten una cultura y conforman el conocimiento y esto lleva al individio ha ejercer una motivación que lo impulsa a la acción.
Referencias
Gértrudix Barrio, M., Álvarez García, S., Galisteo del Valle, A., Gálvez de la Cuesta, M. C. y Gértrudix Barrio, F. (2007). Acciones de diseño y desarrollo de objetos educativos digitales: programas institucionales. Revista de Universidad y Sociedad del conocimiento, 4, 1, 14-25.
Fernández-Cárdenas, J. M. (2008). The situated aspect of creativity in communicative events: How do children design web pages together? Thinking Skills and Creativity, 3(3), 203-216.
Fernández-Cárdenas, J. M., & Silveyra-De La Garza, M. L. (2010). Disciplinary knowledge and gesturing in communicative events: a comparative study between lessons using Interactive Whiteboards and Traditional Whiteboards in Mexican schools. Technology, Pedagogy and Education, 19(2), 173-193.
López Falconi, J. E. (2010). Comunidades de prácticas de valor para el aprendizaje organizacional. En Burgos Aguilar, V. & A. Lozano Rodríguez (Comp.). Tecnología educativa y redes de aprendizaje de colaboración. Distrito Federal, México: Trillas.
Daniels, H. (2003). Vygotsky y la Pedagogía. Barcelona: Paidós.
Lacasa, P. (2002). Cultura y Desarrollo. En P. Herranz Ibarra, & P. Sierra García, Cultura y Desarrollo (págs. 17-50). Madrid: UNED.

